“La sombría convicción
nos separa de la santidad de los animales.”
Angélica Liddell
* * *
dejo que me besen
que me toquen otras manos muchas manos
que me digan te amo tan vacíos como yo ahora
para ellos soy lo más bonito del mundo
eso dicen para lograr meterse entre mis piernas
porque no me importa nada
las costillas rotas de tanto redimir lágrimas
las manos cuarteadas de apretar los puños
los ojos, malditos, que no ven, no sienten,
el cuerpo que se deja
te soy fiel, absolutamente fiel, ¿no lo ves?
me tocan, me besan, me lamen,
pero mi cabeza está tan lejos
como tú de mí ahora mismo
eso es fidelidad
el tatuaje en las sienes
la cama que huele a ti pese a llevar sudor de otros
porque todo huele a ti
hasta la pena
hasta el vómito de la pena
hasta la hez de la rabia
por eso me da igual que me toquen
que cosan a besos los brazos
las piernas
los pechos
inmovil
rota
no siento nada
solo pena
mucha pena
absoluta y tierna pena
que penetra con la misma voracidad que ellos en mí
pena
prometí serte fiel en la pena
y eso hago
estás tardando demasiado
y tengo miedo de esconder el rostro entre estas sábanas
y no encontrarte
porque dejarás de oler en mí algún día
no puedo permitir que eso suceda
el olor a sexo
el olor a tu carne abriéndose en mi piel
por eso me tocan
me penetran
me envisten
me desnudan
me golpean
chupo su sudor
su piel su semen
porque estoy MUERTA
no siento
no siento nada
solo pena
fidelidad es saberse tan triste que no logro dejar de pensarte
constancia
compás
no siento asco cuando me tocan
no siento nada
no estás
y estás tardando demasiado
*
* *
La cama no quiere dejar de olerme, por eso me quedo aquí, para que me encuentres en el mismo lugar en el que me dejaste.
¿Me hueles?
¿Me deseas?
¿Sabes qué significa que todos me toquen y que solo sienta pena de mí?
* * *
Los ojos se muerden la lengua y se hacen sangre. Alguien duerme a mi lado y no recuerdo nada.
Hombres, son solo hombres, tristes, como yo, andan buscando algo parecido, no quieren madres, ni parejas, solo sexo. No quieren hijos ni hijas, ni compromiso.
Yo solo quiero dejar de sentir esta pena, pero no lo consigo.
Una arcada me lleva al baño y me miro en el espejo. El rostro que se ve reflejado me devuelve una cara vieja, triste.
Los ojos ya no lloran porque no recuerdan cómo han de hacerlo para venerarte: fidelidad. Te soy completa y absolutamente fiel.
*
* *
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